Socrates
Sócrates, uno de los filósofos más influyentes de la antigua Grecia, es conocido por sus ideas revolucionarias que sentaron las bases de la filosofía occidental.
Sócrates fue un maestro de la dialéctica, un método de indagación filosófica que consiste en hacer preguntas y buscar respuestas a través del diálogo. Creía firmemente en la importancia de examinar nuestras creencias y conocimientos, y cuestionaba constantemente las ideas aceptadas por la sociedad de su época.
Una de las ideas clave de Sócrates se encuentra en su famoso lema «Conócete a ti mismo». Para Sócrates, el autoconocimiento era esencial para alcanzar la sabiduría y vivir una vida plena. Creía que a través del examen crítico de nuestras propias creencias y acciones, podíamos llegar a un mayor entendimiento de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Otra idea central en la filosofía de Sócrates es la moralidad y la búsqueda de la virtud. Según él, el conocimiento de lo que es bueno y justo nos lleva a actuar de manera virtuosa. Sócrates sostenía que las personas hacen el mal solo por ignorancia, y que si se les enseñara la verdad, actuarían de acuerdo con la virtud.
Además, Sócrates defendía la importancia de la autocrítica y la humildad intelectual. Reconocía que no tenía todas las respuestas y que su sabiduría se limitaba a saber que no sabía nada. Este reconocimiento de la propia ignorancia lo llevaba a buscar constantemente el conocimiento y a estar abierto a aprender de los demás.
Para Sócrates la filosofía debía ser predominantemente práctica, es decir, que debía estar dirigida a discutir, debatir y reflexionar sobre grandes cuestiones como la justicia, el bien, política, religión la virtud o la democracia, así como, enseñarnos a vivir, a obtener el conocimiento intrínseco en nosotros y a diferenciar entre el bien y el mal.
Así, para nuestro protagonista, la filosofía se construía dialogando, por ello, él no escribió nada; consideraba que escribirla hacía perder tiempo para hacer la verdadera filosofía, que desdibujaba su esencia y que terminaba quedando obsoleta.
Sócrates fue de los primeros sabios en reflexionar sobre los grandes dilemas éticos (el bien, la política, la religión, la justicia, la virtud…) desde el logos/razón y no desde le mythos/mitología.
La enseñanza y la adquisición del conocimiento
Otro de los puntos claves de la filosofía de Sócrates es su concepto de enseñanza, la cual, se basa en el contructivismo. Aquella en la que la persona genera y construye su propio conocimiento sin dejarse influenciar, ya que, el conocimiento es algo innato a nosotros, solo necesitamos a alguien que nos ayude a recordarlo.
Además, Sócrates revolucionó la enseñanza: no cobraba por sus clases, se orientaban a pocos individuos y su método era plenamente práctico. Es decir, para él, el alumno debía ser un sujeto activo, debía ser partícipe de su propio aprendizaje y no limitarse a obtener conocimiento de forma teórica, tal y como promulgaban los sofistas
La religión personal
También, resulta muy interesante la idea que tiene nuestro protagonista sobre la religión, la cual, chocó directamente con el concepto religioso de la Grecia Clásica. Para él, la vivencia religiosa debía ser algo intimista, personal y en la que no se necesitase un edificio público para adorar o hablar con un dios, sino que valdría con establecer nuestro santuario de la conciencia en nuestro interior.
Por tanto, Sócrates no cree en la religión griega tal y como establecía el dogma: él nos habla del daimon o su dios/ la conciencia, nuestro yo interior, tu voz interna que te dice que debes hacer y el que media entre los dioses y el hombre.
La política como una actividad de sabios
Sócrates afirma que el poder debería estar ostentado por personas especialistas o sabios de la política y, por ende, no todo el mundo estaría capacitado ni debería gobernar. Así, critica que uno de los vicios de la democracia es permitir que los ignorantes lleguen al poder y, además, Sócrates no va a ser defensor de esta forma de gobierno.
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